La iglesia de Nuestra Señora de la Piedad se encuentra ubicada en Zarcilla de Ramos, perteneciente a las pedanías altas de Lorca.
Historia
Desde finales del siglo XVIII, existe constancia de un núcleo estable de población en lo que hoy es la pedanía de Zarcilla de Ramos.
Este grupo de habitantes demanda la construcción de una ermita donde reunirse para no tener que desplazarse largas distancias, y poder celebrar el culto en su propio ámbito.
La iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, tiene su origen en la ermita del siglo XVIII denominada ermita de Nuestra Señora de la Piedad.
La ermita se cita bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, ya en el año 1816, según testifica el entonces cura ecónomo de la iglesia parroquial de Coy, don Miguel Moya Angeler.
La ermita se convierte en parroquia a fines del siglo XIX. Uno de los documentos más importantes con los que cuenta y que la dota de cierta entidad, es el libro de bautismos, el cual se inicia en enero de 1895.
Durante la Guerra Civil, en el verano de 1936 se destruyen las imágenes antiguas del siglo XIX.
Arquitectura
Tiene planta de cruz latina, con una nave principal y dos laterales con pequeñas capillas comunicadas entre sí por medio de arcos de medio punto.
Su estructura es muy sencilla. En el interior, la nave principal consta de un coro alto a los pies, cabecera plana y dos pequeñas habitaciones para Sacristía. La nave principal tiene cubierta de madera. También las laterales.
En el exterior, se puede observar como las naves laterales están a menor altura que la principal, facilitando de este modo una mayor iluminación. Entra la luz a la nave central por seis óculos o ventanas circulares dispuestas a todo lo largo del cuerpo de la nave.
La cabecera es plana, y el crucero está muy poco desarrollado. La fachada es muy sencilla, careciendo de ornamentación.
Sobre la puerta principal, una ventana con vidrieras de colores que representan a la Piedad. En el lado izquierdo, encontramos una torre con campanario.
La virgen de la Piedad
Es una imagen de vestir. Talla realizada en madera para la cabeza, manos y pies. El cuerpo es de devanaderas.
Se trata de la Virgen de la Piedad, devoción que alcanza un gran auge desde el siglo XVI.
El modo en que el escultor ha representado a la Piedad difiere en gran medida del tradicional. Lo común es encontrar como Piedad, a la Virgen sentada con el cuerpo yaciente de Cristo. En cambio aquí, la Virgen esta de pie y la figura de Jesús es la de un infante. No es una imagen triste y llorosa como se espera de una Virgen de Piedad. Al contrario, está sonriendo, y sus ojos reflejan alegría.